Jehová es mi luz y mi salvación Salmo 27
Recientemente el pastor Luis Ramos, pastor de nuestra iglesia, predicó de cómo terminar bien. Y uno de los puntos hablaba, era acerca de recordar lo que Dios ha hecho en nuestras vidas en el pasado.
Precisamente leí unos días antes el Salmo 27; y fue grato y un ánimo a mi vida el recordar el cómo Dios en una circunstancia difícil y adversa, habló a mi vida por medio de este Salmo. Sin entrar en detalles en cuanto al problema, recuerdo que esa madrugada me desperté y bajé a la sala de mi casa y comencé a leer la Biblia. La verdad es que yo me encontraba con mucha angustia, muy estresado, al punto que no pude seguir durmiendo, y decidí encontrar consuelo y ánimo en su Palabra.
El primer versículo que Dios usó, fue el versículo 3 de ese Salmo el cual dice: “Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón; aunque contra mí se levante guerra, yo estaré confiado.” Pensando en esto, dije: “Creo que me estoy ahogando en un vaso de agua”; creo que no debo sentirme como me siento, lo cierto es que cerré mi Biblia, y le pedí perdón al señor, y aun le rogué que me permitiera tener esa seguridad y esa confianza de la cual David hablaba en este Salmo.
Seguí leyendo todo el capítulo, y aunque hubo quebranto y lágrimas, fue un gozo grande, especialmente en los últimos versículos donde dice: “Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes. Aguarda a Jehová; esfuérzate, y aliéntese tu corazón; sí, espera en Jehová.” Gracias a Dios, así fue; al paso de los días, pude ver como Él fue permitiendo que las cosas se fueran resolviendo, cómo el suplió, y cómo el asunto finalmente se resolvió; todo ello debido a su bondad, porque Él es bueno.
También recuerdo haberle pedido a Dios que me permitiera como dice en la conclusión de este Salmo, “Aguardar y esperar en Él” y en esa manera mi corazón esforzarse y alentase; y por su gracia así fue, el Señor me dio fortaleza y aliento en ese momento donde yo me sentía desfallecer; aquella madrugada cerré mi Biblia, pasé tiempo en oración y luego me fui a dormir. Yo sé que los problemas, la adversidad y los tiempos difíciles se van a presentar el resto de mi vida; pero el recordar estas cosas, es una bendición, un ánimo y consuelo a mi vida, y que como nos predicó el pastor Ramos, serán cosas que nos permita terminar bien nuestras vidas.
Iglesia Bíblica Bautista
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