¡Cristo es la Respuesta!

En Levítico 23:22, dice: “Cuando segaréis la mies de vuestra tierra, no segaréis hasta el último rincón de ella, ni espigarás tu siega; para el pobre y para el extranjero la dejarás. Yo Jehová vuestro Dios.” Hay varios pasajes donde Dios pide que del hombre que no se quede con todo para él, como en ese caso donde Dios pide que la persona no deberá cosechar hasta el último rincón, ya que debería pensar en la necesidad de otros, especialmente en el pobre y el extranjero. Qué importante y qué necesario es pensar en estas cosas, especialmente ahora donde hay tanto materialismo, donde la gente busca que le den, pero no considera el dar.

Recientemente en nuestra iglesia, acabamos de tener nuestra Conferencia de Misiones, y se nos animó a que no solamente diéramos nuestros diezmos, pero que también apartáramos para apoyar a misioneros para que inicien iglesias, no solo en otras partes de México, pero aun del mundo, y claro, que uno tiene necesidades, tiene compromisos, aun anhelos y deseos; pero todavía en la mente de Dios está el que pensemos en los demás.

En otros pasajes de la Biblia, Dios insiste en que veamos por otros, especialmente por los más desfavorecidos, como es el caso que menciona el versículo que estamos considerando como lo es el pobre y el extranjero, pero también las viudas, los huérfanos, los ciegos, los sordos, en fin todos aquellos que están en desventaja en relación a los demás. Ahora, en este asunto de dar, Dios nos pone la muestra, por ejemplo, en el Salmo 23:1 dice: “Jehová es mi pastor; nada me faltará:” y esto es porque seguramente el Señor nos dará lo necesario para que nada nos falte, al punto que David dice en el versículo 5 al final: “Mi copa está rebosando” es decir, que de ninguna manera Dios se queda corto en proveer para cada necesidad, al contrario, nos da a manos llenas.

Un pasaje que llama mi atención, es en Romanos 8:32 que dice: “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también todas las cosas? Ahora, cuando habla acerca de no escatimar ni a su propio Hijo, está hablando del Señor Jesús, el cual Dios entregó por nosotros a morir por nuestros pecados en la cruz del Calvario. Para mi mis tres hijas son algo valioso, algo que yo tengo en alta estima, y el pensar en que algo les pase, quebranta mi corazón; ahora, darlas a morir por otros, para mi es inconcebible, más sin embargo Dios lo hizo por amor, porque: “De tal manera amo Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna.” Juan 3:16. Al ver la generosidad de Dios, no puede uno menos que ser generoso, desprendido en ver la necesidad de los demás.

Que el Señor nos conceda el tener el deseo de ayudar a los que nos rodean de la manera que Él lo hace con nosotros.

Iglesia Bíblica Bautista

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