Yo sé que el perdón es un tema del cual, probablemente, ya hemos escuchado, pero no deja de ser un tema muy importante para cualquier persona. Recientemente, leyendo la historia en donde Jesús maldice a una higuera porque no tenía fruto, la cual después se seca. Recordé verdades que seguramente nos hablan acerca de la importancia del perdón.
Primeramente, la falta de perdón, impide que nuestra vida de fruto, es decir, que experimentemos cambios en nuestra persona; para ser mejores padres, esposos, hijos, etc. Para ser de buena influencia, para no solo recibir bendición de Dios, y en esa manera ser bendición a los demás; en otras palabras, la falta de perdón, no nos permite ser más como Jesús y más aún, no deja que podamos ser usados por Dios para que otros reciban a Cristo, y que ellos conozcan a Jesús y sean como él. El tema del perdón es muy amplio, pero Dios espera que nosotros perdonemos a otros como él nos ha perdonado a nosotros en Cristo Jesús.
En una ocasión, uno de sus discípulos le preguntó a Jesús, cuantas veces debo perdonar, y el Señor le contestó: Setenta veces siete. Ahora, no es que vamos a hacer la multiplicación y le vamos a llevar un registro a las personas hasta llegar al límite que son 490 veces; lo que aquí Cristo enseña, es que nuestro perdón hacía los demás, debe ser ilimitado. El número siete, tiene un significado en la Biblia, de perfección, de algo completo en su máxima expresión; y así debe ser el perdón con el cual Dios nos perdona y espera que también perdonemos a otros. Lo cierto es que existen personas con odio, con rencor, con amargura, prisioneros de todos estos sentimientos, que ciertamente impiden que esa persona esté dando fruto en su vida.
Antes de continuar, déjeme decirle, que hay gente que aún tienen un mal sentir contra Dios por circunstancias y situaciones en su vida, que nunca hubieran querido que pasaran, mas sin embargo, sucedieron, y sé puede decir que de alguna manera no perdonaron a Dios, y eso seca su existencia cuando hay que permitir que Dios sane y restaure, aun decirle a Dios que perdone ese resentimiento y esa amargura en contra de Él.
Finalmente, creo que hay personas que no solo no han perdonado a otros, pero ellos mismos no se han perdonado, de tal forma que viven con remordimientos, llenos de culpa, y aunque Dios los ha perdonado, ellos siguen sin aceptar el perdón divino, y es que una de las cosas más maravillosas de la vida cristiana, es que cada vez que le pidamos perdón al Señor, Él lo hará, ya que en 1 Juan 1:9 dice: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” Y es que Dios nos pide que perdonemos sin límite, asimismo, Él lo hace con nosotros, por lo tal, si el Señor nos perdona, ¿Quiénes somos nosotros para no recibir su perdón? Que el Señor nos dé de su gracia para vivir de tal manera, que tomemos en cuanta la importancia del perdón.
Iglesia Bíblica Bautista
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