/ lunes 2 de agosto de 2021

¿Crímenes impunes?

¿QUÉ ES LO que impulsa al ente humano a quitarle la vida al semejante?. ¿Es acaso la ancestral herencia dejada por la señal de los arcanos?; ¿acaso el Dios de los mayores marcó la ruta por su mano?. ¿Por qué la divinidad permite el hecho borrando de pronto el existencial derecho? Perdón si en torcido verso pliego mi coraje ante el señor del Universo.

ABRÍ COMO ACOSTUMBRO los diarios informativos sobre todo y por todo el que aparece con lo que escribo, su acostumbrada página roja me señala el encuentro de gente asesinada por sicarios de la muerte. A cada instante, a cada rato, y cualesquier lugar de nuestro terruño la muerte fortuita o no marca los pasos a veces, las más, más allá de lo normal no por enfermedades naturales ni por la pandemia que nos sigue azotando, a su escuela hay que agregar otras clases de muerte, las por asesinatos, las por accidentes aquí, allá y acullá. Destinos terminados en donde la vida se trunca de pronto en manos de asesinos cuya figura humana se pierde para dejar salir a la bestia que traen dentro. No, no importa si se es niño, joven o viejo no importa si el tipo de arma es a todo simple poder, no importa si las manos asesinas se transforman en garras y si se utiliza otra cosa para extirpar la vida. ¿Qué es lo que impulsa al asesino?

SÍ, ABRÍ LOS diarios la semana pasada y encontré lo de costumbre en sus páginas policíacas, muertos en accidentes viales, muertos por cientos en la pandemia, gente asesinada por crímenes desconocidos (¿?); cadáveres encontrados en vehículos o parajes desconocidos, víctimas de victimarios en donde se mueve el odio, la avaricia, la ambición, el resabio, la venganza, la traición, o la locura. Ejecutantes y ejecutados en juegos de muerte e inocencia asesinos y asesinados transformados en bestias y víctimas truncando vidas sin importar si eran inocentes. Vida alegre, servicial, bondadoso, humilde, familiar sin serlo pero humano de pueblo; eso fue uno de ellos vaya esto en parte a su recuerdo.

IMPUNIDAD MANIFIESTA AL olvidar con el tiempo las memorias de los que cayeron antes víctimas de asesinos que no han pagado sus deudas, mujeres abatidas en forma inmisericorde cuyos victimarios aún pululan en busca de más víctimas; niñas, jóvenes o adultas cuyas vidas fueron truncadas por las bestias criminales a las que no les importó el dolor ajeno. Estampas repetidas en cada rincón del universo, del nuestro o de otros pero marcando con ello la huella del crimen sangriento. Gritos femeniles de protesta que se pierden en la comba de los tiempos en un inútil pedir justicia para los muertos. Maestros cuyos asesinos han cubierto sus huellas con el tiempo, estudiantes cuyos pecados fueron el convivir y alegrarse sin pensar en dejar sus vidas en las sombras; asesinos que se esconden en las sombras esperando más víctimas para alimentar su odio, ambición-economía.

ESO FUE AYER, antier y en otros tiempos, en diarios informativos de toda índole, escritos, televisivos, por Internet o a voz en cuello; información que a diario nos hace descontar de los vivos la larga fila de los muertos. No, esto no ha terminado ni se terminará nunca porque nunca la humanidad dejará la herencia bíblica del Caín contra el Abel, del hermano contra el hermano. Eso fue hoy de nueva cuenta al abrir los diarios; otra vez lo mismo en muertes por resabios, por el audio ancestral sirviendo al diablo y cavando el cataclismo.

PERDÓN POR ESTA columna y vaya en memoria de un joven asesinado; no parará esto hasta que haya el fin del mundo. Mientras, los que quedamos vivos, tratemos de vivir en paz.

¿QUÉ ES LO que impulsa al ente humano a quitarle la vida al semejante?. ¿Es acaso la ancestral herencia dejada por la señal de los arcanos?; ¿acaso el Dios de los mayores marcó la ruta por su mano?. ¿Por qué la divinidad permite el hecho borrando de pronto el existencial derecho? Perdón si en torcido verso pliego mi coraje ante el señor del Universo.

ABRÍ COMO ACOSTUMBRO los diarios informativos sobre todo y por todo el que aparece con lo que escribo, su acostumbrada página roja me señala el encuentro de gente asesinada por sicarios de la muerte. A cada instante, a cada rato, y cualesquier lugar de nuestro terruño la muerte fortuita o no marca los pasos a veces, las más, más allá de lo normal no por enfermedades naturales ni por la pandemia que nos sigue azotando, a su escuela hay que agregar otras clases de muerte, las por asesinatos, las por accidentes aquí, allá y acullá. Destinos terminados en donde la vida se trunca de pronto en manos de asesinos cuya figura humana se pierde para dejar salir a la bestia que traen dentro. No, no importa si se es niño, joven o viejo no importa si el tipo de arma es a todo simple poder, no importa si las manos asesinas se transforman en garras y si se utiliza otra cosa para extirpar la vida. ¿Qué es lo que impulsa al asesino?

SÍ, ABRÍ LOS diarios la semana pasada y encontré lo de costumbre en sus páginas policíacas, muertos en accidentes viales, muertos por cientos en la pandemia, gente asesinada por crímenes desconocidos (¿?); cadáveres encontrados en vehículos o parajes desconocidos, víctimas de victimarios en donde se mueve el odio, la avaricia, la ambición, el resabio, la venganza, la traición, o la locura. Ejecutantes y ejecutados en juegos de muerte e inocencia asesinos y asesinados transformados en bestias y víctimas truncando vidas sin importar si eran inocentes. Vida alegre, servicial, bondadoso, humilde, familiar sin serlo pero humano de pueblo; eso fue uno de ellos vaya esto en parte a su recuerdo.

IMPUNIDAD MANIFIESTA AL olvidar con el tiempo las memorias de los que cayeron antes víctimas de asesinos que no han pagado sus deudas, mujeres abatidas en forma inmisericorde cuyos victimarios aún pululan en busca de más víctimas; niñas, jóvenes o adultas cuyas vidas fueron truncadas por las bestias criminales a las que no les importó el dolor ajeno. Estampas repetidas en cada rincón del universo, del nuestro o de otros pero marcando con ello la huella del crimen sangriento. Gritos femeniles de protesta que se pierden en la comba de los tiempos en un inútil pedir justicia para los muertos. Maestros cuyos asesinos han cubierto sus huellas con el tiempo, estudiantes cuyos pecados fueron el convivir y alegrarse sin pensar en dejar sus vidas en las sombras; asesinos que se esconden en las sombras esperando más víctimas para alimentar su odio, ambición-economía.

ESO FUE AYER, antier y en otros tiempos, en diarios informativos de toda índole, escritos, televisivos, por Internet o a voz en cuello; información que a diario nos hace descontar de los vivos la larga fila de los muertos. No, esto no ha terminado ni se terminará nunca porque nunca la humanidad dejará la herencia bíblica del Caín contra el Abel, del hermano contra el hermano. Eso fue hoy de nueva cuenta al abrir los diarios; otra vez lo mismo en muertes por resabios, por el audio ancestral sirviendo al diablo y cavando el cataclismo.

PERDÓN POR ESTA columna y vaya en memoria de un joven asesinado; no parará esto hasta que haya el fin del mundo. Mientras, los que quedamos vivos, tratemos de vivir en paz.