¡El Camino de la Vida!
DIOS CRISTO JESÚS, en Mateo 7:13-14 de la Biblia, nos llama para que hagamos nuestra la siguiente invitación: “¡Entrad por la Puerta Estrecha y por el Camino Angosto que es el Camino a la Vida, y pocos son los que la hallan!”.
En efecto, Cristo, nos señala así en primer lugar, con toda precisión que sólo existe un Camino Divino Espiritual, es decir, el del Camino de Nuestra Vida de Salvación que es Angosto, constituido por el mismo Jesús, por el cual El conduce a sus creyentes hacia la Puerta Estrecha del Cielo que es también Cristo, y por ella Jesús introduce a sus creyentes salvos al Gozo Eterno; siempre y cuando aceptemos hallar el Camino de la Vida de Jesús, dejando de estar entre “los pocos” que deciden no hallar el Camino Divino.
Pero Cristo, nos habla asimismo, dentro del texto anterior de un segundo camino con esta advertencia: “¡Ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella!
Por ende, esta puerta de perdición es amplísima, con un camino extensísimo de castigo y condenación, a los cuales entran y permanecen eternamente quienes no aceptan ni reciben la Vida Divina de Jesús.
Por lo tanto, Cristo anhela ser nuestro Camino, Verdad y Vida, según Juan 14:6, y Puerta Estrecha y Camino Angosto para Vida Divina de Salvación, según Mateo 7:13-14, si arrepentidos lo recibimos como Único Salvador, según Juan 3:16, porque para ello Jesús llama constantemente a la Puerta de Nuestro Corazón Espiritual, para que lo dejemos entrar, según Apocalipsis 3:20.
De tal manera que, Cristo puede ser Salvador nuestro si atendemos su llamado pleno de Amor, para convertirnos en Ovejas suyas, según Juan 10:27, para hacernos Hijos de Dios Padre, según Juan 1:12, ante quien Cristo nos conduce, y para hacernos Templos del Espíritu Santo, según 1 Corintios 3:16.
Estimado Lector: Cristo, la Puerta Estrecha y el Camino Angosto de Vida Divina, te llama a ser salvo eternamente, si con toda valentía, decisión y reflexión le dices:
“Mi Señor Dios Cristo, ¡SALVAME!, me arrepiento ante Ti de mis pecados, perdóname y límpiame con tu Sangre Divina derramada en la cruz del Calvario, creo en Ti y te recibo como Único, Suficiente y Perfecto Salvador Personal”.
Dios los bendiga ricamente, y si El permite continuaremos el viernes siguiente.
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