¡La Cruz perfecta!
DIOS CRISTO JESÚS hace unos 2,000 años, al estar en este mundo predicando su mensaje de Salvación, nos dejó la siguiente invitación: “¡Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz de cada día y sígame!”, según Lucas 9:23 de la Biblia.
Cristo, por lo tanto, porque su Santa Palabra permanece para siempre, según 1 Pedro 1:25, nos sigue invitando aquí ahora con todo su Amor Divino para tomarlo como nuestra Cruz Perfecta de Salvación, y para ello basta creer que sólo El nos Salva de toda maldad, siempre y cuando estemos de acuerdo en dejar atrás nuestra esencia pecaminosa humana, para confesarle enseguida todos nuestros pecados y pedirle nos perdone los mismos, aceptándolo como Salvador, porque entonces este Jesús nos perdona y limpia de toda maldad, según Juan 3:16.
Por ende, ¿estamos listos para ser Seguidores de Cristo?, entonces nada ni nadie podrá impedirnos tomarlo como Nuestra Cruz Divina Perfecta para ir caminando con El de inmediato y para siempre, sanos y salvos por El, por el Camino Angosto, que es el mismo Jesús, quien nos conduce a su Cielo Divino, porque para ello este Jesús, que es Dios Infinito y Eterno, se presentó en este mundo con un cuerpo similar al humano, pero Precioso, Divino y Perfecto como obra de Dios Espíritu Santo, para formar Cruz y sacrificarse dando su vida por cada uno de sus creyentes, al morir en el Calvario, para vencer la eternidad de condenación que a cada creyente suyo correspondía en el castigo del infierno. Y luego de esta Muerte Salvadora de Jesús, lo vemos Resucitado para cumplirnos que: “Sólo El nos Salva, porque según Juan 14:6, sólo Cristo es nuestro Camino, Verdad y Vida para ser de nuevo Hijos de Dios. Habiendo abordado el tema, a propósitode la celebración humana anual o Fiesta reciente de la Santa Cruz hecha por los Trabajadores de la Construcción.
Estimado Lector: Cristo, quiere ser tu Cruz Divina Perfecta, si consideras su Muerte y Resurrección Supremas, hechas por ti, para darte la Vida Eterna, con sólo decirle valiente y reflexivo: “Mi Señor Dios Cristo, ¡SÁLVAME!, me arrepiento ante Ti de mis pecados, perdóname y límpiame con tu Sangre Divina derramada en la cruz del Calvario, creo en Ti y te recibo como Único, Suficiente y Perfecto Salvador Personal”.
Si Dios permite continuaremos el viernes siguiente.