¡Dios nos hace libres!
DIOS CRISTO JESÚS, en Juan 8:34 y 36 de la Biblia nos dice: “De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado; pero si yo os libertare, seréis verdaderamente libres”.
Cristo continúa así predicándonos su mensaje de Salvación y Vida Eterna, porque anhela que pongamos en El nuestros ojos espirituales, para creer en El y tenerlo como Libertador de nuestros pecados, con sólo recibir a este Dios Cristo como Salvador Personal, arrepentidos ante El de toda maldad, y de esta manera estemos en la Libertad con la que Cristo nos hace libres para ya no estar otra vez sujetos al yugo de la esclavitud del pecado, según Gálatas 5:1.
En efecto, luego de haber conmemorado hace unos cuantos días la Muerte y Resurrección de Jesús, de inmediato este Señor, con toda su Gracia Divina, que es Amor Perfecto, desea que lo aceptemos como Salvador, porque si así lo hacemos, tal como nos indica en Juan 8:31-32, seremos verdaderamente sus discípulos, y lo conoceremos como la Unica Verdad que nos hace libres de inmediato y para siempre, porque estando en El y con El seremos verdaderamente libres de todo pecado.
Por lo tanto, la Salvación que nos proporciona Jesús, nos da también la calidad de ser Hijos de Dios, según Juan 1:12, y Templos del Espíritu Santo, conforme a 1 Corintios 3:16; y, con todo ello, Dios nos reitera que ya no somos esclavos, sino sus Hijos, Siervos de su Justicia, Santificados, y con Vida Eterna, que Dios nos regala, según Romanos 6:16-23, y en consecuencia, al ser salvos en Cristo, ya no estaremos sometidos a la esclavitud del pecado, que significa muerte espiritual, sino que Dios nos ubicará en su Obediencia y Justicia Divina, porque seremos Nuevas Criaturas de Dios, donde las cosas viejas pasaron, ¡he aquí que todas son hechas nuevas!, según 2 Corintios 5:17, para ya no servir a la inmundicia ni a la iniquidad.
Estimado Lector: Cristo quiere hacerte Libre, para que ya no seas Esclavo del pecado, y para ello sólo necesitas decirle: “Mi Señor Dios Cristo, ¡SALVAME!, me arrepiento ante Ti de mis pecados, perdóname y límpiame con tu Sangre Divina derramada en la cruz del Calvario, creo en Ti y te recibo como Único, Suficiente y Perfecto Salvador Personal”.
Si Dios permite continuaremos el viernes siguiente. Teléfono: 44-48-15-39-73.