¡La riqueza divina!
DIOS CRISTO JESÚS en Mateo 16:26 de la Biblia, nos llama a reflexionar como sigue: ¿Qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?
Pero también Dios Cristo nos invita en los dos versículos precedentes, a dejar atrás todo pecado, a tomar nuestra Cruz, que es El mismo, y seguirlo, así como a Salvar nuestra Vida para hallarla precisamente en El, abandonando toda maldad.
Cristo, por ende, cuando próximamente estaremos conmemorando el recuerdo de su Crucifixión, nos sigue predicando los versículos precedentes, aquí ahora, porque su Santa Palabra permanece para siempre, según 1 Pedro 1:25, así como los predicó a su pueblo judío hace unos 2,000 años, en Cesárea de Filipo, Camino del Calvario; porque en todo tiempo Cristo anhela que podamos entender que en lugar de estar en la podredumbre mundana que significa el pecado, nos es necesario aceptar su Pureza Divina que es Riqueza Divina Espiritual con la que Jesús convierte nuestras Almas en Inmaculadas y Limpias con su Sangre Preciosa para entrar a su Cielo Divino al Gozo Eterno.
Por lo tanto, Cristo nos llama con todo su Amor Divino, según Juan 3:16: “Porque sólo en Cristo Jesús hay Salvación; porque no hay otro Nombre bajo el Cielo dado a Nosotros en que podamos ser Salvos”, según Hechos de los Apóstoles 4:12; y con ello, Cristo, en forma totalmente clara y entendible pone a nuestra disposición en forma gratuita sus Santas Cosas Espirituales que valen más que todas las riquezas pecaminosas del mundo, porque su Obsequio Perfecto es su Riqueza Divina de Salvación de Vida Feliz Eterna.
Entonces, lo más importante ahora en el Tiempo Aceptable, según 2 Corintios 6:2, es comprender que antes que andar en caminos pecaminosos ganando nuestra perdición para ir al infierno eternamente, lo más importante es hallar la Vida Espiritual Feliz por Siempre en Cristo.
Estimado Lector: Jesús te regala su Riqueza Divina para que tengas su Vida Perfecta Eterna Gozosa en el Cielo de Dios, si con toda valentía, entrega y reflexión le dices: “Mi Señor Dios Cristo, ¡SÁLVAME!, me arrepiento ante Ti de mis pecados, perdóname, y límpiame con tu Sangre Divina derramada en la cruz del Calvario, creo en Ti y te recibo como Único, Suficiente y Perfecto Salvador Personal”.
Si Dios permite continuaremos el viernes siguiente. Teléfono: 44-48-15-39-73.