¡Vida y no muerte!
DIOS CRISTO JESÚS en Efesios 2:1-2 de la Biblia, se dirige a sus creyentes conversos y salvos en El, diciéndoles que: “El os dio Vida a vosotros cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados”.
Pero Cristo les refiere también a estos seguidores suyos que ellos: “Anduvieron en otro tiempo siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, que ahora opera en los hijos de desobediencia”.
Cristo por lo tanto, con este mensaje llama a la puerta de su corazón espiritual a todas las personas que no lo haya recibido como Salvador Personal, según Apocalipsis 3:20, para que lo dejen entrar, para Cenar Jesús, con cada uno el Banquete Espiritual más Grandioso y Extraordinario que significa obtener la Suprema Vida Eterna, y con ello dejar atrás el mundo del pecado y la vida que proviene del maligno satanás haciéndolos desobedientes ante Dios.
Dios Cristo, por ende, nos insta a todos a creer en El, como Hijo de Dios, porque si así lo hacemos, tendremos por medio de El la Vida Eterna, porque si rehusamos a creer en El, no veremos la Vida que nunca termina, porque la ira de Dios está sobre todos los incrédulos, según Juan 3:36, y la Puerta del Cielo que es el mismo Dios Jesús permanecerá cerrada para quienes no siguen a Cristo, y para todos estos desobedientes su destino final será el infierno.
Por lo tanto, Dios pone a nuestro alcance en el tiempo actual este Obsequio Maravilloso de Vida Feliz en el Cielo Eternamente, en lugar de la muerte que significa el castigo de caer por toda la eternidad en el infierno, por no tener a Cristo como Salvador, según Juan 3:16, y Efesios 2:1-10; porque al estar en Cristo, Nuevas Criaturas somos en El, las cosas viejas pecaminosas pasaron y todas son hechas nuevas, según 2 Corintios 5:17.
Estimado Lector: Cristo te invita para que dejes atrás la muerte espiritual y entres en la Vida Feliz, que El te proporciona eternamente con el más preciado regalo de tu Salvación, diciéndole con toda valentía y reflexión: “Mi Señor Dios Cristo, ¡SALVAME!, me arrepiento ante Ti de mis pecados, perdóname y límpiame con tu Sangre Divina derramada en la cruz del Calvario, creo en Ti y te recibo como Único, Suficiente y Perfecto Salvador Personal”.
Si Dios permite continuaremos el viernes siguiente. Teléfono 44-48-15-39-73.