¡Los tesoros divinos!
DIOS CRISTO JESÚS en Mateo 6:26 de la Biblia, nos dice: “Mirad las aves del cielo, que no siembran ni cosechan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre Celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?
Cristo predicó lo anterior en el Sermón del Monte, donde también nos recomendó: “No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber, ni por vuestro cuerpo qué habéis de vestir, porque es más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido”.
Cristo, se refirió así a lo material para aclararnos que en nosotros son más valiosos sus Tesoros o Santas Cosas Espirituales, para buscar primero “el Reino de Dios y su Justicia, para que todo lo demás nos sea añadido”.
Por lo tanto, Cristo nos invita a no afanarnos por el día de mañana material, porque éste llegará siempre con su afán variable, y por otra parte, el Reino y la Justicia de Dios, cuando somos salvos en Cristo, tienen el carácter de invariables, porque significan sus Tesoros Divinos permanentes de nuestra Gozosa Vida Eterna, según Juan 3:16.
Cristo prosigue en Mateo 16:26-28, para invitarnos a no acaparar lo material, ni a llenarnos de las riquezas del mundo, ni anhelar los grandes tesoros del planeta, porque no significan ningún medio o recompensa para salvar nuestras almas espirituales, y, agrega Jesús que a lo material, la polilla y el óxido los corrompen, y los ladrones lo minan y lo hurtan, y a los Tesoros Santos de Dios, nada ni nadie los transforma ni roba, porque Dios los protege y los hace permanecer en nuestros corazones espirituales, según Mateo 6:19-21.
Entonces, he aquí el tiempo aceptable para tener nuestro encuentro personal con Jesús, para aceptarlo como Salvador, Amo y Rey, arrepentidos ante El de nuestros pecados, para que El nos regale su Tesoro de nuestra Salvación, para cimentar y edificar en El que es la Roca Divina Eterna, según Mateo 6:24 y 7:24.
Estimado Lector: Jesús te invita a hacer tuyos sus Tesoros Divinos, con sólo decirle: “Mi Señor Dios Cristo, ¡SALVAME!, me arrepiento ante Ti de mis pecados, perdóname y límpiame con tu Sangre Divina derramada en la cruz del Calvario, creo en Ti y te recibo como Único, Suficiente y Perfecto Salvador Personal”.
Si Dios permite continuaremos el viernes siguiente. Mi teléfono es el 444- 815-39-73.