¡Los Tesoros de Dios!
DIOS EL PADRE CELESTIAL, en Éxodo 19:1-6 de la Biblia, habla como sigue: “Ahora, pues, si diereis oído a mi Voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi Especial Tesoro sobre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra”.
Dicho mensaje dado al pueblo Israel en Sinaí rumbo a la Tierra Prometida, es extensivo para toda persona de buena voluntad, aquí ahora, porque la Santa Palabra de Dios está vigente y permanece para siempre, según 1 Pedro 1:25, para ser sus Sacerdotes, Gente Santa y Tesoro Especial de Salvación y Vida Eterna.
En efecto, esta Palabra o Tesoro de Dios debemos hacerla nuestra, en el sentido espiritual, porque “Dios es Espíritu, y los que le adoran, en Espíritu y en Verdad es necesario que adoren, según Juan 4:24.
Porque los adoradores de Dios son sus hijos, según Juan 1:12, es decir, son todas las personas que Cristo entrega a Dios Padre, después que estas criaturas suyas se arrepienten de sus pecados ante Jesús a quien, reciben como Salvador , según Juan 3:16, para tener de Cristo su Tesoro Divino Espiritual.
En efecto, Cristo salva del infierno a las personas que le confiesan sus pecados, y creen que Cristo mediante su Sacrificio en el Calvario los limpia de toda maldad, para que avancen por El como Camino Angosto para llegar a la Puerta Estrecha del Cielo, que también es Cristo, para entrar por El y tenerlo como Tesoro Divino y poseer sus Mansiones Celestiales Eternas según Mateo 7:13-14.
Así Dios, nos reitera su Santa Palabra para obtener de El sus Tesoros Divinos y Espirituales, para entrar oportunamente a su Cielo, donde la polilla ni el óxido pueden corromperlos y donde los ladrones no pueden minar ni robar, porque al tener a Cristo en nuestro corazón, estamos en sus Santas Manos Divinas, y tenemos sus Tesoros que nos hacen ricos con su Gracia que es Amor Perfecto para Salvación, según Efesios 2:8-9.
Estimado Lector: Cristo te invita a tener sus Tesoros Divinos con sólo decirle con valentía y reflexión: “Jesús, Señor mío y Dios mío, ¡SALVAME!, me arrepiento ante Ti de mis pecados, perdóname, y límpiame con tu Sangre Divina derramada en la cruz del Calvario, creo en Ti y te recibo como Único, Suficiente y Perfecto Salvador Personal”.
Dios los bendiga ricamente, y si El permite continuaremos el viernes siguiente.
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