¡En la Ruta del Calvario!
DIOS CRISTO JESÚS, en Lucas capítulo 5 de la Biblia, nos nuestra su Ruta ineludible en la cual se ubicó exactamente hace unos 2,000 años, para ocupar el pecaminoso lugar de sus creyentes y salvarlos para llevarlos a su Cielo Divino.
En efecto, Cristo, con la plenitud de su Amor dedicado a sus seguidores conversos y salvos en El, de todos los tiempos, recorrió entonces los caminos directos como Ruta de su Sacrificio para derramar su Sangre Preciosa en el Calvario y con ello dar su Vida como el Cordero de Dios para que toda persona salva en El tuviese la oportunidad grandiosa de entrar al Gozo y Felicidad eternos de su Cielo.
Por lo tanto, aquí ahora, en la proximidad de la Conmemoración Anual del Sacrificio de Cristo, lo cual está vigente, porque su Palabra Divina permanece para siempre, conforme a 1 Pedro 1:25, basta arrepentirnos de nuestros pecados ante Jesús, creyendo en El y aceptándolo como Salvador, para que El de inmediato nos perdone, según Juan 3:16, y nos regale su Cielo Divino, para no caer por siempre en el castigo del infierno.
Por ende, vemos a Dios Cristo antes de su holocausto predicando Salvación, sanando enfermos, leprosos, paralíticos, y hasta llamando a un publicano cobrador de tributos para ser su discípulo, quien al aceptar se rindió a Jesús y hasta le hizo un banquete, lo cual incomodó a publicanos y fariseos quienes criticaron a Jesús estimando una mala elección del pecaminoso cobrador, pero Cristo les contestó al respecto: “Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento”; y por ello Jesús toca a la puerta de nuestro corazón espiritual para que lo dejemos entrar, para darnos el Banquete Extraordinario de su Salvación, Dones Espirituales y Vida Eterna plena de Felicidad y Gozo, según Apocalipsis 3:20,
Estimado Lector: eres muy distinguido y apreciado por Cristo, quien te invita a hacer tuya su Ruta del Calvario con sólo decirle con valentía y reflexión: “Jesús, Señor mío y Dios mío, ¡SALVAME!, me arrepiento ante Ti de mis pecados, perdóname, y límpiame con tu Sangre Divina derramada en la cruz del Calvario, creo en Ti y te recibo como Unico, Suficiente y Perfecto Salvador Personal”.
Dios los bendiga y si El permite continuaremos el viernes siguiente. Mi teléfono: 444-815-39-73.