¡El que vive en mí!
DIOS EL PADRE CELESTIAL, en este primer mes del ¡AÑO NUEVO 2021!, nos sigue invitando con todo su Amor Divino conforme a Gálatas 2:20 de la Biblia, porque quiere que aceptemos que: “¡Cristo Vive en cada uno de nosotros!”.
En efecto, Dios anhela que, tal como San Pablo expresó hace unos 2,000 años, nosotros también, plenamente convencidos, digamos: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas Vive Cristo en Mi; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la Fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”.
Por lo tanto, aun cuando en fecha reciente hemos festejado el nacimiento de Jesús, Dios Padre pone prontamente a nuestra entera disposición a Dios Cristo su Hijo, quien aquí ahora, ya continúa predicándonos sobre nuestra Salvación y Vida Eterna, porque el tiempo y las circunstancias apremian, según 2 Corintios 6:2, para abrir nuestro corazón espiritual a Cristo para ser salvos eternamente.
Por ende, Dios Padre nos llama también a ser justificados en sus santas cosas, con sólo depositar nuestra Fe en Jesucristo, creyendo que solamente Él nos puede salvar cuando arrepentidos lo recibimos como Salvador, porque ninguna obra nuestra puede salvarnos; pero, ¡sí la Gracia de Cristo, que es Amor Perfecto nos Salva, para Vivir para Dios!, según Gálatas 2:16.
Dios Cristo, en consecuencia, nos regala toda libertad divina espiritual, para estar con nosotros y nosotros con Él, y arregla todo en cada uno de sus creyentes para ya no estar reducidos a la esclavitud del pecado, en la cual estábamos antes de nuestra conversión y entrega a Jesús, según Gálatas 2:4-5; porque lo indispensable es, permitir entrar a Cristo en nosotros, según Apocalipsis 3:20, dejando atrás el camino equivocado de la maldad, para encontrar el Camino, la Verdad y la Vida Eterna que es Jesús, según Juan 14:6
Estimado Lector: en el inicio de este 2021, Cristo te llama para que aceptes que Él Viva en Ti, para obtener tu salvación, si sólo le dices con valentía y reflexión: “Mi Señor Dios Cristo, ¡SALVAME!, me arrepiento ante Ti de mis pecados, perdóname, y límpiame con tu sangre divina derramada en la cruz del Calvario, creo en Ti y te recibo como Único, Suficiente y Perfecto Salvador Personal”.
Dios los bendiga, y si Él permite continuaremos el viernes siguiente.