¡La vida espiritual!
DIOS EL PADRE CELESTIAL en la Carta 1 Pedro 4:1-5 de la Biblia, nos llama a estar en el mismo pensamiento de Cristo “quien padeció por nosotros para terminar con nuestro pecado”.
A lo anterior, Dios agrega que, necesitamos a Cristo, para ya no seguir viviendo en nuestras múltiples maldades, “sino conforme a la voluntad de Dios”, porque nos es indispensable tener su vida espiritual que Cristo quiere regalarnos, con sólo entregarnos arrepentidos ante él, quien nos perdonará para marchar a su lado, dejando atrás el tiempo pasado, quedando eliminada nuestra vasta pecaminosidad.
¿Estamos listos para beber la fuente del agua de vida espiritual que Cristo quiere darnos para saltar hacia la vida eterna, según Juan 4:14? entonces, nada ni nadie puede impedirnos tener el manantial espiritual que es Jesús, antes de partir de este mundo, aquí ahora, en el tiempo aceptable, en el día de salvación, según 2 Corintios 6:2.
No olvidemos la amorosa y firme voluntad de Dios predicándonos su evangelio de salvación por medio de Cristo para que nadie se pierda en el infierno, sino que salgamos de la muerte espiritual que acarrea toda maldad, confesando nuestros pecados a este Jesús, quien luego nos lleva consigo en su muerte y resurrección para que mientras vivamos en este mundo estemos espiritualmente con él, y en su oportunidad al dejar este mundo vayamos con Cristo al cielo a la felicidad y el gozo de la vida espiritual divina que no tiene final.
Entonces, no detengamos nuestra decisión de seguir a Jesús, porque él está siempre frente a nosotros dándonos la oportunidad de seguir su camino angosto de la vida eterna según Mateo 7:13-14.
Aceptemos la Gracia de Dios -Amor Perfecto-, el cual Cristo hace abundar al máximo en nosotros, cuando lo recibimos como Salvador, para que así la muerte espiritual no reine en nosotros por causa del pecado, sino que dicha Gracia divina reine para Vida Eterna, mediante Jesucristo Señor nuestro, según Romanos 5:21.
Estimado lector: Cristo te llama para que tengas su única vida espiritual, si crees en el y sólo le dices: “mi señor dios Cristo, ¡sálvame!, me arrepiento ante ti de mis pecados, perdóname y límpiame con tu sangre divina derramada en la cruz del calvario, creo en ti y te recibo como único, suficiente y perfecto salvador personal”.