Dios cristo Jesús en 1 Juan 5:4 de la Biblia nos predica el siguiente mensaje: “Todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la Victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe”.
A lo anterior, Jesús, agrega lo siguiente: “¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?, según 1 Juan 5:5, refiriéndose Cristo al “mundo pecaminoso” que todos los seres humanos llevamos, siéndonos necesario creer en El y nacer de nuevo en El espiritualmente, para anular toda maldad, según Juan 3:3, porque sin excepción: “No hay justo, ni aún uno; y por cuanto todos pecamos estamos destituidos de la gloria de Dios”, según Romanos 3:10 y 23.
En efecto, si Cristo nos desliga del pecado, al “justificarnos gratuitamente por su Gracia -que es Amor Perfecto Divino-, mediante su redención -sacrificio-”, según Romanos 3:24, ¿estamos listos para aceptar a este Cristo que nos salva? Entonces, nada ni nadie puede impedirnos recibir a Jesús como único Salvador personal, según Juan 3:16, porque “sólo en Cristo hay Salvación; ya que no hay otro nombre bajo el Cielo dado a los hombres, en que podamos ser salvos”, según Hechos de los Apóstoles 4:12,
Por ende, según 1 Juan 5:6, este Señor Cristo victorioso, vino corporalmente para salvar a cada persona, para lo cual basta creer que El es nuestro Salvador, como fuente de agua divina que apaga nuestra sed espiritual, y con su sangre preciosa nos limpia y sana de ese “mundo pecaminoso”, e igualmente, Cristo nos conduce ante Dios Padre para que nos haga sus hijos, según Juan 1:12, y nos bautiza con el Espíritu Santo según 1 Corintios 3:16, sufriendo Cristo, el castigo de nuestros pecados, y venciendo con su sacrificio nuestra condenación eterna, porque para El nada es imposible, y por ello, también nos dice: “Yo estoy llamando a tu puerta, y si me abres, entraré y cenaré contigo –ricos manjares espirituales-”, según Apocalipsis 3:20.
Estimado Lector: Cristo quiere darte su Victoria contra tu “mundo de pecado” y sólo necesitas decirle: “Mi Señor Dios Cristo, ¡SALVAME!, me arrepiento ante Ti de mis pecados, perdóname y límpiame con tu sangre divina derramada en la cruz del Calvario, creo en Ti y te recibo como único, suficiente y perfecto salvador personal”.
Dios los bendiga y si El permite continuaremos el viernes siguiente. Mi teléfono: 444- 815-39-73.