¡Humillación Divina!
DIOS CRISTO JESÚS en Filipenses 2:8 de la Biblia, nos habla de El mismo como sigue: “Y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte y muerte de cruz”.
Lo anterior es así, porque de tal manera ama Dios el Padre a todos nosotros como sus criaturas humanas, que nos da a este Jesús crucificado en el Calvario, para que todos los que en El creen, no se pierdan por el pecado en el castigo del infierno, sino que, por el perdón que Cristo concede a sus seguidores, tengan Vida Feliz con Dios en el Cielo, según Juan 3:16.
Tan maravillosas verdades espirituales subliman a Cristo, y Dios Padre lo enaltece y exalta hasta lo Supremo Perfecto, dándole el Nombre de Salvador Nuestro, que está por sobre todo nombre, para que todos doblemos nuestras rodillas ante Jesús, aclamándolo como ¡Señor Nuestro, Amo, Señor y Rey, para Gloria de Dios Padre!, según Filipenses 2:9-11.
He aquí, por lo tanto, el Tiempo Aceptable, y el Día de Nuestra Salvación Espiritual, según 2 Corintios 6:2, para ocuparnos de inmediato y para siempre en nuestra Salvación con Temor y Temblor, porque si así lo aceptamos, abriendo nuestro corazón espiritual a Cristo para recibirlo como Salvador arrepentidos ante El de nuestros pecados, entonces este Dios Jesús, por su Buena Voluntad, estará produciendo en nosotros lo que necesitemos para abrazarnos a El con todo Amor eternamente, según Filipenses 2:12-13.
Dios Cristo, por ende, nos invita a ser salvos en El, para ser sus irreprensibles y sencillos Hijos de Dios, sin mancha, para resplandecer con toda su luminosidad en este mundo, y estar en la Palabra de Vida que es Cristo mismo, según Filipenses 2:15-16; porque, además, Jesús nos regala el Resplandor de su Gloria e Imagen Divina como Sustentador de todo cuando existe, por ser su creador según Hebreos 1: 2-3.
Estimado Lector: Cristo te llama a ser salvo de inmediato y para siempre, si sólo le dices con valentía y reflexión: “Mi Señor Dios Cristo, ¡SALVAME!, me arrepiento ante Ti de mis pecados, perdóname y límpiame con tu Sangre Divina derramada en la cruz del Calvario, creo en Ti y te recibo como Único, Suficiente y Perfecto Salvador Personal”.
Dios los bendiga ricamente, y si Él permite continuaremos el viernes siguiente. Mi teléfono: 444-815-39-73.