CREER PARA MORIR Y VIVIR
DIOS EL PADRE CELESTIAL en el libro de Romanos 6:8 y 11 de la Biblia, nos llama a todos, a morir con Cristo, creyendo en El, para vivir también con El, porque entonces, Dios nos considerará “muertos al pecado, pero vivos en Cristo Jesús, Señor Nuestro”.
Por lo tanto, si estamos listos para aceptar este mensaje de Salvación y Vida Eterna, nada ni nadie nos puede impedir acercarnos a Jesús, como el Unico Libertador de nuestros pecados, con sólo aceptarlo arrepentidos de toda maldad, como Suficiente Salvador Personal, según Juan 3:16.
Por ende, Dios mismo nos en el verso 9 del mismo capítulo nos hace saber que este Jesús ya no muere en su cuerpo, luego de resucitar al tercer día después de su sacrificio del Calvario, porque la muerte física ya no se apodera más de él, porque una sola ofrenda hizo Jesús, para pagar por los pecados de sus creyentes y hacer perfectos a éstos como sus santificados, según Hebreos 10:14.
Como podemos darnos cuenta, aceptar esta grandiosa proclamación de muerte al pecado por medio de Cristo, significa la Vida Gozosa Eterna en el Cielo con la Trinidad Santísima, porque Jesús nos concede su Gracia de Salvación, que es Amor Divino Perfecto mediante su Sacrificio del Calvario, lo cual es un regalo de Dios, ya que ninguna obra nuestra puede salvarnos ni gloriarnos, según Efesios 2:8-9.
¡Creer para Morir y Vivir!, es en síntesis, hacer nuestro el nuevo nacimiento de carácter espiritual del que también nos habla Cristo en Juan 3:3, mediante el cual los creyentes salvos de Jesús al morir al pecado comienzan a Vivir en la Muerte, Resurrección y Ascensión al Cielo de este Señor Cristo, quien da a sus creyentes la Unica Vida que vale, o sea, la Vida Divina Espiritual Eterna que proviene en forma gratuita de la Trinidad Santa, sustentada en Jesús y en su Poder Omnipotente Divino.
Estimado Lector: eres muy distinguido y apreciado por Cristo quien te invita para Morir y Vivir con El si sólo le dices reflexivo y valiente: “Mi Señor Dios Cristo, ¡SALVAME!, me arrepiento ante Ti de mis pecados, perdóname y límpiame con tu Sangre Divina derramada en la cruz del Calvario, creo en Ti y te recibo como Unico, Suficiente y Perfecto Salvador Personal”.
Muchas gracias, que Dios los bendiga ricamente y si El permite continuaremos el viernes siguiente. A sus órdenes mi teléfono el 815-39-73.
