¡EN EL CALVARIO!
DIOS CRISTO JESUS, hace unos 2,000 años, aquel viernes terrorífico fue llevado por sus enemigos al lugar llamado de la Calavera para crucificarlo allí, donde Jesús dirigiéndose a Dios Padre le dijo: “Perdónalos, porque no saben lo que hacen”; y luego del horrendo suplicio, cuando era como la hora sexta,
hubo tinieblas sobre toda la tierra, y el sol se oscureció. Entonces Jesús clamando a gran voz a Dios el Padre, dijo: “En tus manos encomiendo mi Espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró”, según Lucas 23:33-46 de la Biblia.
Cristo Jesús así dio su vida a favor de toda la humanidad para rescatarnos del pecado, lo cual está disponible aún aquí ahora, porque la palabra de Dios permanece para siempre, según 1 Pedro 1:25, si con toda reflexión y valentía aceptamos a Cristo como UNICO SALVADOR, arrepentidos ante El de nuestros pecados, porque entonces El nos regala su Cielo gozoso feliz y eterno, según Juan 3:16.
Por lo tanto, Jesús formado así Cruz con su Cuerpo Divino nos habla siempre con todo su amor, porque nos ama por sobre todo lo creado y nos invita a estar con El, precisamente en su crucifixión y muerte, como regalo de la Vida eterna, porque al recibirlo como Salvador, con su sangre preciosa nos justifica y reconcilia ante Dios Padre para ser salvos del infierno, y llevarnos a su Cielo divino, según Romanos 5:1-11.
Por lo tanto, en este día de conmemoración de la muerte de Cristo, debemos entender que este Dios y Señor Salvador, entregó la Vida de su Cuerpo Divino Precioso que le formó Dios Espíritu Santo, y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente a la Santa Trinidad, hasta llegar a la muerte de cruz, según Filipenses 2:8, precisamente, por sus creyentes que le reciben como suficiente Salvador personal.
Estimado Lector: eres muy distinguido y apreciado por Cristo, quien te invita a hacer tuya su Crucifixión para perdón de tus pecados con sólo decirle: “Cristo Señor mío y Dios mío, ¡SALVAME!, me arrepiento ante Ti de mis pecados, perdóname, y límpiame con tu Sangre Divina derramada en la cruz del Calvario, creo en Ti y te recibo como Unico, Suficiente y Perfecto Salvador Personal”.
Muchas gracias. Que Dios los bendiga ricamente, y si El permite continuaremos el viernes siguiente. Mi teléfono a sus órdenes es el 815-39-73.