¡AVANZANDO AL CALVARIO!
DIOS CRISTO JESÚS, luego de su bautismo fue llevado al desierto por el Espíritu Santo, donde estuvo 40 días sin comer y fue tentado por el diablo, diciéndole que convirtiera piedras en pan para alimentarse; se lanzara de lo alto del templo, al fin que los ángeles lo rescatarían; y le mostró y ofreció los reinos del mundo, si postrado Jesús le adorare, todo lo cual rechazó Jesús, contestándole: “no sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios; no tentarás al Señor tu Dios; vete Satanás, porque escrito está: al Señor tu Dios adorarás, y a Él solo servirás”, según Mateo 4:1-11.
Con lo anterior, vemos prontamente a Cristo avanzando hacia el Calvario, cuando apenas hace no muchos días hemos conmemorado su nacimiento, y con todo ello vemos cumplida la reiterada misión llena de Amor de Jesús, para que toda persona sea salva en El y avancemos todos como sus creyentes, ajenos al diablo porque: “Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”, según Romanos 5:8.
En efecto, Cristo Jesús continuó su camino del Calvario, enseñando en las sinagogas y era glorificado por todos, y llegando a Nazaret entró al templo judío, levantándose a leer en el libro del profeta Isaías lo siguiente: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor según Lucas 4:14-19.
Porque como pecadores somos los pobres, quebrantados, cautivos, ciegos, y oprimidos descritos por Jesús, a quienes invita para abandonar toda maldad, tener sus buenas nuevas, su salud, su libertad, y su vista, para Salvación y Vida Eterna.
Estimado Lector: eres muy distinguido y apreciado, por Cristo quien te invita a avanzar con El sano y salvo con sólo decirle: “Jesús, Señor mío y Dios mío, ¡SÁLVAME!, me arrepiento ante Ti de mis pecados, perdóname, y límpiame con tu Sangre Divina derramada en la cruz del Calvario, creo en Ti y te recibo como Único, Suficiente y Perfecto Salvador Personal”.
Que Dios los bendiga, y si ÉL permite, hasta el viernes siguiente. Mi teléfono es el 815-39-73.