¿QUÉ NOS INSPIRA SU MUERTE?
DIOS EL PADRE CELESTIAL, en Génesis 2:16-17 de la Biblia, habló por vez primera al género humano acerca de la muerte, por conducto de Adán, a quien recién había formado con vida, instalándolo en el huerto Edén, el día sexto de la creación.
En efecto, Dios, al poner en Edén todo bajo control de Adán, le ordenó también: “De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás”.
La cita bíblica precedente nos permite abordar el tema en mención, luego de que recientemente hemos festejado el popular Día de Muertos, y de esta manera, considerar que, desde el inicio de los tiempos Dios habló así claramente a Adán para no comer del fruto de ese árbol, porque si así lo hiciera, su desobediencia le causaría la muerte, no sólo físicamente, sino también espiritual.
Sabemos que, Adán, juntamente con Eva comieron del fruto de ese árbol prohibido, engañados por la serpiente o diablo, diciéndoles: “No moriréis, pues seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal”; cometiendo así Adán y Eva el primer pecado o de desobediencia a Dios, quien los puso fuera de Edén, perdiendo sus regalos de las vidas física y espiritual que Dios les había proporcionado.
Asimismo, nosotros, aquí ahora, así como las generaciones pasadas y las del futuro, no somos la excepción respecto al pecado, porque: “No hay justo, ni aún uno; por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios”, según Romanos 3:10 y 23.
Sin embargo, Dios nos hace en el siguiente versículo la declaración más hermosa y privilegiada, llena de su Amor, al invitarnos para ser justificados gratuitamente por su Gracia, que es Amor Perfecto, mediante la redención que es en Cristo Jesús, según Romanos 3:24.
Estimado Lector: eres muy distinguido y apreciado por Dios Cristo quien con su Muerte te inspira para tener su Vida Divina Eternamente, con sólo decirle en forma sincera: “Cristo, Señor mío y Dios mío, ¡SALVAME!, me arrepiento ante Ti de mis pecados, perdóname, y límpiame con tu Sangre Divina derramada en la cruz del Calvario, creo en Ti y te recibo como Unico, Suficiente y Perfecto Salvador Personal”.
Muchas gracias. Que Dios los bendiga. Mi teléfono es el 815-39-73.