¿ES DIFÍCIL ENTRAR EN EL REINO DE DIOS?
DIOS CRISTO JESUS, hace unos 2,000 años en Marcos 10:23-25 de la Biblia, luego de predicar a su pueblo en Judea al otro lado del río Jordán, prosiguió su camino, y hablando a sus discípulos los invitó a considerar sobre la inconveniencia de poseer las riquezas materiales del mundo pues, quienes las tienen y en ellas confían, difícilmente entran en el Reino de Dios, porque; “Es más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el Reino de Dios”.
Asombrados los discípulos se preguntaban, quien, pues, podría ser salvo, a lo cual Jesús mirándolos dijo: “Para los hombres es imposible, mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios”.
Cristo, con la anterior palabra divina que permanece para siempre, según 1 Pedro 1:25, quiere llevarnos de la mano, para que cual Simeón, aquel santo de Dios, inspirado por el Espíritu Santo, al ver a Jesús, expresemos: “Han visto mis ojos tu salvación”, según Lucas 2:30, y con ello, arrepentidos de nuestros pecados, ante Cristo, dejemos entrar a éste Señor en nuestro corazón espiritual para que nos salve de inmediato y para siempre y nos introduzca en el Reino de Dios según Apocalipsis 3:20.
Porque por la Gracia de Dios, que es Amor Único Perfecto, somos salvos si recibimos a Cristo como Salvador, confesándole nuestros pecados, y con esta fe nuestra puesta en Jesús, creyendo en su sacrificio del Calvario, Él por ser Dios nos da su regalo de Salvación y Vida Eterna, según Efesios 2:8-10.
Luego, entonces, jamás podremos obtener nuestra Salvación Eterna teniendo y confiando en nuestras riquezas ni haciendo buenas obras materiales, para que nadie se vanaglorie, porque la salvación solamente viene a nosotros por medio de Cristo, al recibirlo y aceptarlo como Salvador.
Estimado Lector: eres muy distinguido y apreciado por Cristo, quien te dice que, si quieres, puedes entrar en su Reino Divino, y sólo necesitas decirle: “Mi Señor Dios Cristo, ¡SALVAME!, me arrepiento ante Ti de mis pecados, perdóname y límpiame con tu Sangre Divina derramada en la cruz del Calvario, creo en Ti y te recibo como Único, Suficiente y Perfecto Salvador Personal”.
Muchas gracias, que Dios los bendiga, y si El permite continuaremos el viernes siguiente. Mi teléfono es el 815-39-73.