¡EL SACERDOTE PERFECTO!
DIOS EL PADRE CELESTIAL en Hebreos 7:14-25 de la Biblia nos invita con todo su amor a entender que el Sumo Sacerdocio Divino está constituido precisamente en Dios Jesucristo, por estar cimentado en el Poder Divino de la Vida Indestructible, porque este Jesús es Sacerdote para siempre, sin cambio alguno, y su Sacerdocio es el medio perfecto para salvar perpetuamente a todas las personas que por medio de Él se acercan a Dios, y vive por cada uno de estos creyentes para interceder por ellos.
En efecto, al Sumo Sacerdote Jesucristo necesitamos, porque Él es Santo, Inocente, Sin mancha, Apartado del pecado, y Hecho más Sublime que los Cielos, cuyo Sacrificio o muerte de cruz, llevando los pecados de sus seguidores arrepentidos ante Él lo hizo una vez para siempre ofreciéndose a sí mismocomo el Dios Salvador Perfecto de sus creyentes, según Hebreos 7:25-28.
Dios Padre agrega al respecto que, tenemos tal Sumo Sacerdote en Cristo, quien después de su Sacrificio del Calvario se sentó a la diestra del propio Dios Padre para ser también Ministro del Santuario Divino o Verdadero Tabernáculo para salvarnos, según Hebreos 8:1-2.
Por lo tanto, el Ministerio Supremo Perfecto Divino se encuentra en Cristo para ser el Mediador del Pacto de su Sangre preciosa derramada en favor de sus creyentes para hacerles realidad la promesa de la Vida Eterna, porque Cristo es el Sumo Sacerdote de los bienes espirituales de Salvación y Vida Eterna para toda persona conversa y salva en Él, según Hebreos 8:6.
Por ende, Cristo cuenta con el más amplio Santuario o Lugar Santísimo en favor de sus seguidores, por su Sangre preciosa derramada para Eterna Salvación según Hebreos 9:11; por cuya razón Dios también nos invita a abrirle nuestro corazón espiritual a Jesús, dejándole entrar aquí ahora en el Día de Salvación.
Estimado Lector: eres muy distinguido y apreciado por el Sumo Sacerdote Cristo, quien te llama para ser salvo eternamente, si solo le dices: “Mi Señor Dios Cristo ¡SÁLVAME!, me arrepiento ante Ti de mis pecados, perdóname y límpiame con tu Sangre Divina derramada en la cruz del Calvario, creo en Ti y te recibo como Único, Suficiente y Perfecto Salvador Personal”.
Muchas gracias, que Dios los bendiga ricamente, y si Él permite continuaremos el viernes siguiente. A sus órdenes mi teléfono el 815-39-73.