¡HUMILLACIÓN, OBEDIENCIA Y MUERTE!
DIOS EL PADRE CELESTIAL nos habla de Cristo su Hijo en Filipenses 2:8 de la Biblia, como sigue: “¡Y estando en la condición de Hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz!”.
En efecto, Cristo Jesús, el Verbo que es Dios, Infinito y Eterno, viene a este mundo, teniendo un cuerpo similar al del hombre, pero Santo, Puro, Divino y Perfecto, hecho por Dios Espíritu Santo, para cumplir su misión salvadora del género humano pecador, conforme al acuerdo y designio en la eternidad de los tiempos con Dios Padre y Dios Espíritu Santo, y para ello se humilló, siendo obediente a Dios, y se ofrendó en el Calvario con muerte de cruz.
Dios, por lo tanto, con su Palabra que permanece para siempre, según 1 Pedro 1:25, nos sigue mostrando a Jesús como el humillado y obediente pero Único Dios Salvador que da su vida por cada uno de sus creyentes o seguidores, porque cada uno de nosotros, a partir de la juventud, a causa del pecado, según Génesis 8:21, perdemos nuestra unión que Dios nos concede desde el momento de nuestra concepción en el vientre de nuestra madre.
Dios Cristo, en consecuencia, por medio de esta humillación, obediencia y muerte de cruz, nos libra del castigo del infierno, cuando acudimos a El, pidiéndole perdón por nuestros pecados, y lo aceptamos como Salvador Personal, porque entonces nos limpia de todo pecado otorgándonos el privilegio de estar con El, en el Gozo y Felicidad dentro del Cielo de Dios eternamente, según Juan 3:16; quedando sin efecto el pronunciamiento divino de que: “no hay justo ni aun uno; y por cuanto todos pecamos estamos destituidos de la gloria de Dios”, según Romanos 3:10 y 23.
Estimado Lector: eres muy distinguido y apreciado por Dios Cristo quien te llama a hacer tuya su Humillación, Obediencia y Muerte Salvadora si con toda valentía y reflexión le dices: “Mi Señor Dios Cristo, ¡SALVAME!, me arrepiento ante Ti de mis pecados, perdóname, y límpiame con tu Sangre Divina derramada en la cruz del Calvario, creo en Ti y te recibo como Unico, Suficiente y Perfecto Salvador Personal”.
Muchas gracias, que Dios los bendiga ricamente, y si El permite continuaremos el viernes siguiente. A sus órdenes mi teléfono el 815-39-73.
