¡LA CRUZ DE SALVACIÓN!
DIOS CRISTO INFINITO Y ETERNO, murió en la cruz hace unos 2,000 años, según Lucas 23:46 de la Biblia, en aquel viernes terrorífico y espeluznante para El, sufriendo en su cuerpo, alma y espíritu al tomar con todo su amor castigo de las penas del infierno que correspondía a los pecadores arrepentidos de todos los tiempos que lo recibieron como único salvador personal, según Juan 3:16, perdonándolos, y limpiándolos con su sangre divina para ingresarlos a su Cielo supremo, feliz y gozoso eternamente.
En efecto, historia tremenda es la de esta Cruz que forma Jesús, cuya fiesta hemos celebrado el día de ayer, o sea, la del sacrificio del Cuerpo Divino y Precioso de Dios Cristo, lo cual fue vaticinado por Dios Padre en el Libro de Isaías 53, unos 760 años antes de la era vigente, al referirse a Jesús, como sigue: “Depreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto, quien menospreciado y azotado llevó nuestras maldades, castigos, rebeliones y pecados, y con toda angustia y aflicción este Señor como cordero fue llevado al matadero, y como oveja enmudeció y no abrió su boca, derramando su vida hasta la muerte por el pecado”.
Por ende, aquí ahora porque entre nosotros los seres humanos, si no somos salvos en Cristo: “No hay justo, ni aun uno; por cuanto todos pecamos estamos destituidos de la gloria de Dios”, según Romanos 3:10 y 23; pero si creemos que: “Sólo en Cristo hay salvación, porque no hay otro Nombre bajo el Cielo dado a los hombres en que podamos ser salvos”, según Hechos 4:12, entonces: “Con Cristo estamos crucificados, y ya no vivimos por nosotros mismos, porque Cristo vive en nosotros, quien por amor a sus creyentes se entregó así por cada uno de ellos según Gálatas 2:20
Estimado Lector: eres muy distinguido y apreciado por Dios Cristo Jesús, quien como Cruz Divina de Salvación y Vida Eterna, te llama para salvarte eternamente del fuego del infierno , con sólo decirle: “Mi Señor Dios Cristo, ¡SALVAME!, me arrepiento ante Ti de mis pecados, perdóname y límpiame con tu Sangre Divina derramada en el Calvario, creo en Ti y te recibo como Unico, Suficiente y Perfecto Salvador Personal”.
Muchas gracias, que Dios los bendiga ricamente. A sus órdenes mi teléfono el 815-39-73.