/ viernes 6 de abril de 2018

¡Con Cristo!

DIOS EL PADRE ETERNO en Génesis 3:15 de la biblia, en el principio de los tiempos cuando Cristo aún no venía a este mundo nos habla de la Simiente Jesús llevando el castigo de los seres humanos pecadores, y también nos describe al mismo Salvador Cristo en Isaías 52:14, unos 700 años antes que este Señor viniese a este planeta, quien al ser llevado a la cruz del Calvario, su cuerpo sería desfigurado, de manera que ya no tendría forma humana por el trato brutal, el castigo, el martirio, los golpes, las heridas y la propia crucifixión terrorífica de que fue objeto, que lo llevó a la muerte física, para luego resucitar.

En efecto, Dios Cristo el Señor, resucitó luego de tan terrorífica crucifixión y castigo a favor de sus creyentes salvos, a quienes limpia y restaura para Dios, salvándolos del infierno, asestando con ello Jesús, a la serpiente Satanás herida mortal definitiva en su cabeza, para hacer libres del pecado a estos seguidores conversos a Cristo.

Cuando hablamos de la Gloriosa Resurrección de Jesús, nos referimos al milagro que El transmite a sus creyentes salvos, quienes al arrepentirse de sus pecados ante El, de inmediato y para siempre los perdona de toda maldad para que resuciten, es decir, para vuelvan a nacer y vivir espiritualmente en Dios, según Juan 3:3.

En efecto, Dios Trino y Uno, a cada ser humano lo trae a este planeta dándole su imagen y semejanza espiritual, es decir, sin pecado; pero como cada uno de nosotros a partir de la juventud, por propia voluntad y decisión caemos en maldad, según Génesis 8:21, ante tal situación, sólo Jesús puede rescatarnos según Romanos 3:10, 23-24.

Dios nos pone en conocimiento lo anterior, a fin de que aceptemos ser prosperados, engrandecidos y exaltados espiritualmente por el Salvador Jesús, según Isaías 52:13-14.

Estimado Lector: eres muy distinguido y apreciado por Dios Cristo, quien te llama a estar en su Gloriosa Resurrección, si le dices con toda valentía y reflexión; “Jesús, Señor mío y Dios mío, ¡SALVAME!, me arrepiento ante Ti de mis pecados, perdóname, y límpiame con tu Sangre Divina derramada en la cruz del Calvario, creo en Ti y te recibo como Unico, Suficiente y Perfecto Salvador Personal”.

Muchas gracias. Que Dios los bendiga. Mi teléfono es el 815-39-73.




DIOS EL PADRE ETERNO en Génesis 3:15 de la biblia, en el principio de los tiempos cuando Cristo aún no venía a este mundo nos habla de la Simiente Jesús llevando el castigo de los seres humanos pecadores, y también nos describe al mismo Salvador Cristo en Isaías 52:14, unos 700 años antes que este Señor viniese a este planeta, quien al ser llevado a la cruz del Calvario, su cuerpo sería desfigurado, de manera que ya no tendría forma humana por el trato brutal, el castigo, el martirio, los golpes, las heridas y la propia crucifixión terrorífica de que fue objeto, que lo llevó a la muerte física, para luego resucitar.

En efecto, Dios Cristo el Señor, resucitó luego de tan terrorífica crucifixión y castigo a favor de sus creyentes salvos, a quienes limpia y restaura para Dios, salvándolos del infierno, asestando con ello Jesús, a la serpiente Satanás herida mortal definitiva en su cabeza, para hacer libres del pecado a estos seguidores conversos a Cristo.

Cuando hablamos de la Gloriosa Resurrección de Jesús, nos referimos al milagro que El transmite a sus creyentes salvos, quienes al arrepentirse de sus pecados ante El, de inmediato y para siempre los perdona de toda maldad para que resuciten, es decir, para vuelvan a nacer y vivir espiritualmente en Dios, según Juan 3:3.

En efecto, Dios Trino y Uno, a cada ser humano lo trae a este planeta dándole su imagen y semejanza espiritual, es decir, sin pecado; pero como cada uno de nosotros a partir de la juventud, por propia voluntad y decisión caemos en maldad, según Génesis 8:21, ante tal situación, sólo Jesús puede rescatarnos según Romanos 3:10, 23-24.

Dios nos pone en conocimiento lo anterior, a fin de que aceptemos ser prosperados, engrandecidos y exaltados espiritualmente por el Salvador Jesús, según Isaías 52:13-14.

Estimado Lector: eres muy distinguido y apreciado por Dios Cristo, quien te llama a estar en su Gloriosa Resurrección, si le dices con toda valentía y reflexión; “Jesús, Señor mío y Dios mío, ¡SALVAME!, me arrepiento ante Ti de mis pecados, perdóname, y límpiame con tu Sangre Divina derramada en la cruz del Calvario, creo en Ti y te recibo como Unico, Suficiente y Perfecto Salvador Personal”.

Muchas gracias. Que Dios los bendiga. Mi teléfono es el 815-39-73.




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