/ domingo 16 de junio de 2019

Artículo Dominical

LA LIBERTAD, ¿SERÁ UNA DESGRACIA?

El mal lo cometemos al hacer mal uso de nuestra libertad

El exceso de ésta, nos lleva al libertinaje

Si no fuéramos libres, no tendríamos nada de qué arrepentirnos, porque no seríamos causantes de ningún mal. El mal lo cometemos al hacer mal uso de nuestra libertad. Y por eso, con frecuencia sufrimos el dolor del arrepentimiento.

Los hombres tenemos el don de ser libres. Y libremente decidimos hacer lo que queremos, pero con mucha frecuencia nos equivocamos. Y el que se equivoca, tendrá que padecer las consecuencias de sus errores.

La mayoría de nuestros sufrimientos son por causa de nuestra libertad; el don más preciado que hemos recibido. Pero hay momentos en que tendríamos que preguntarnos: Si vale la pena ser libres, porque si el hombre no fuera libre, no cometería errores; y por lo mismo, no tendría que responder por ellos. Pero la libertad, mal usada, nos llevaba equivocar el camino.

Todos luchamos por ser libres, pero pocos se ocupan de hacer buen uso de su libertad. Y el exceso de ésta, nos lleva al libertinaje; que es un exceso de libertad. Y ese exceso, es ya, una esclavitud

Ser libre y no saber vivir, es el más grave de los errores. Para qué queremos libertad, sino sabemos hacer buen uso de la misma.

La libertad es un don, pero puede llegar a ser una desgracia; el mal uso de la misma, es causa de muchos sufrimientos.

Alguien dijo, que el sufrimiento es una especie de “señal” o conocimiento existencial de algo que va mal, o que ha habido alguna equivocación. Y todo ello, por el mal uso del don más preciado: tu libertad.

Hay quienes lamentan haberse equivocado en el pasado; pero siguen cometiendo los mismos errores en el presente.

El hombre no deja de equivocarse; vive arrepentido, pero no hace nada por enmendarse. El hombre no corrige su presente, y solo vive reprochando su pasado.

La libertad, nunca será una desgracia, porque es el don más grande que Dios ha dado al hombre. Pero si el hombre no escucha, ni quiere aprender, no va a saber cómo usar su libertad. Y con eso, va a ser el causante de su propia desgracia, y de la desdicha de los que le rodean.

LA LIBERTAD, ¿SERÁ UNA DESGRACIA?

El mal lo cometemos al hacer mal uso de nuestra libertad

El exceso de ésta, nos lleva al libertinaje

Si no fuéramos libres, no tendríamos nada de qué arrepentirnos, porque no seríamos causantes de ningún mal. El mal lo cometemos al hacer mal uso de nuestra libertad. Y por eso, con frecuencia sufrimos el dolor del arrepentimiento.

Los hombres tenemos el don de ser libres. Y libremente decidimos hacer lo que queremos, pero con mucha frecuencia nos equivocamos. Y el que se equivoca, tendrá que padecer las consecuencias de sus errores.

La mayoría de nuestros sufrimientos son por causa de nuestra libertad; el don más preciado que hemos recibido. Pero hay momentos en que tendríamos que preguntarnos: Si vale la pena ser libres, porque si el hombre no fuera libre, no cometería errores; y por lo mismo, no tendría que responder por ellos. Pero la libertad, mal usada, nos llevaba equivocar el camino.

Todos luchamos por ser libres, pero pocos se ocupan de hacer buen uso de su libertad. Y el exceso de ésta, nos lleva al libertinaje; que es un exceso de libertad. Y ese exceso, es ya, una esclavitud

Ser libre y no saber vivir, es el más grave de los errores. Para qué queremos libertad, sino sabemos hacer buen uso de la misma.

La libertad es un don, pero puede llegar a ser una desgracia; el mal uso de la misma, es causa de muchos sufrimientos.

Alguien dijo, que el sufrimiento es una especie de “señal” o conocimiento existencial de algo que va mal, o que ha habido alguna equivocación. Y todo ello, por el mal uso del don más preciado: tu libertad.

Hay quienes lamentan haberse equivocado en el pasado; pero siguen cometiendo los mismos errores en el presente.

El hombre no deja de equivocarse; vive arrepentido, pero no hace nada por enmendarse. El hombre no corrige su presente, y solo vive reprochando su pasado.

La libertad, nunca será una desgracia, porque es el don más grande que Dios ha dado al hombre. Pero si el hombre no escucha, ni quiere aprender, no va a saber cómo usar su libertad. Y con eso, va a ser el causante de su propia desgracia, y de la desdicha de los que le rodean.