/ domingo 13 de enero de 2019

Artículo Dominical

¿POR QUÉ SEREMOS TAN CIRCUNSTANCIALES?

Por P. Chava

El hombre, está siempre en riesgo de cambiar y cambia su modo de sentir, y su forma de pensar, esto, parece ser inevitable, aunque sería mejor mantenerse estables y ser uno mismo. Pero todo parece indicar, que la vida humana es inestable.

El filósofo francés, Nicolás Malebranche, insistía en la distinción entre el sentimiento y la idea: “No toméis jamás, Aristes, vuestros propios sentimientos por nuestras ideas, las modificaciones que mueven vuestra alma por las ideas que iluminan todos los espíritus. Éste es el mayor de todos los preceptos para evitar extraviarse”.

Pero con frecuencia, nos olvidamos de nuestras ideas, y nos dejamos envolver por nuestros sentimientos. Y de esa manera, confundimos la luz de las ideas, con un sentimiento pasajero. Es decir, nos da por pensar cómo sentimos.Y se nos olvida, que los sentimientos pasan. Éstos, vienen y van, sin estabilidad alguna.

El hombre, siempre se encuentra ante una determinada situación. Pero las situaciones, no son lo absoluto, ya que no son estables. Y si el hombre se deja llevar por los cambios, corre el riesgo de perder su esencia; después, ya no va a saber ni quién es.

Aunque siempre estamos en riesgo de perder lo que somos, por causa de las circunstancias.Por eso, decía Ortega: “Yo, soy yo y mis circunstancias”. Pero a éstas, dice Ortega, las podemos cambiar, antes de que ellas nos cambien a nosotros.

Hay personas muy emotivas, que se dejan llevar por la emoción del momento; y fácilmente dejan de usar su inteligencia. Y ésta, es necesaria para mantener la estabilidad emocional; y no envolverse en el vaivén de las circunstancias. Porque éstas cambian; pero no hay que dejar que nos cambien a nosotros.

Hay que permanecer estables, sin dejarnos envolver por los cambios que nos asaltan. No seamos tan circunstanciales, para no ser tan cambiantes.

Cierto es, que vivimos en un cambio de época; pero debemos aceptar, que hay cuestiones que permanecen, y que no tienen porque estar sujetas a cambios.

Por tanto, no perdamos nuestra esencia. Porque las esencias no cambian. Seamos nosotros mismos; y no estemos cambiando constantemente como cambian las circunstancias.


¿POR QUÉ SEREMOS TAN CIRCUNSTANCIALES?

Por P. Chava

El hombre, está siempre en riesgo de cambiar y cambia su modo de sentir, y su forma de pensar, esto, parece ser inevitable, aunque sería mejor mantenerse estables y ser uno mismo. Pero todo parece indicar, que la vida humana es inestable.

El filósofo francés, Nicolás Malebranche, insistía en la distinción entre el sentimiento y la idea: “No toméis jamás, Aristes, vuestros propios sentimientos por nuestras ideas, las modificaciones que mueven vuestra alma por las ideas que iluminan todos los espíritus. Éste es el mayor de todos los preceptos para evitar extraviarse”.

Pero con frecuencia, nos olvidamos de nuestras ideas, y nos dejamos envolver por nuestros sentimientos. Y de esa manera, confundimos la luz de las ideas, con un sentimiento pasajero. Es decir, nos da por pensar cómo sentimos.Y se nos olvida, que los sentimientos pasan. Éstos, vienen y van, sin estabilidad alguna.

El hombre, siempre se encuentra ante una determinada situación. Pero las situaciones, no son lo absoluto, ya que no son estables. Y si el hombre se deja llevar por los cambios, corre el riesgo de perder su esencia; después, ya no va a saber ni quién es.

Aunque siempre estamos en riesgo de perder lo que somos, por causa de las circunstancias.Por eso, decía Ortega: “Yo, soy yo y mis circunstancias”. Pero a éstas, dice Ortega, las podemos cambiar, antes de que ellas nos cambien a nosotros.

Hay personas muy emotivas, que se dejan llevar por la emoción del momento; y fácilmente dejan de usar su inteligencia. Y ésta, es necesaria para mantener la estabilidad emocional; y no envolverse en el vaivén de las circunstancias. Porque éstas cambian; pero no hay que dejar que nos cambien a nosotros.

Hay que permanecer estables, sin dejarnos envolver por los cambios que nos asaltan. No seamos tan circunstanciales, para no ser tan cambiantes.

Cierto es, que vivimos en un cambio de época; pero debemos aceptar, que hay cuestiones que permanecen, y que no tienen porque estar sujetas a cambios.

Por tanto, no perdamos nuestra esencia. Porque las esencias no cambian. Seamos nosotros mismos; y no estemos cambiando constantemente como cambian las circunstancias.