/ lunes 7 de octubre de 2019

Aniversario 160 del I. Científico y Literario

Manuel Fermín Villar Rubio | Rector de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí

El 1º de agosto de 1859, el gobernador constitucional del Estado, Lic. Vicente Chico Sein decretó la creación del Instituto Científico y Literario de San Luis Potosí, institución pionera a nivel nacional que instauró un nuevo modelo educativo centrado en la ideología del progreso y la filosofía positivista, corrientes de vanguardia en las instituciones educativas europeas, principalmente de Francia, Alemania y Bélgica.

La historia cumple una función aleccionadora y funge como elemento de reflexión obligada para una mejor comprensión de nuestro presente y mejores posibilidades para delinear el futuro.

En este sentido, recordar y conmemorar los sucesos históricos que definen nuestra identidad y tradición como universidad, es un acto reflexivo que nos permite comprender las bases que sustentan nuestro accionar y sobre todo consolidar los rasgos que nos definen como universitario y que nos distinguen en el contexto regional, estatal, nacional y mundial.

La visión de vanguardia ha sido y es una de las principales cualidades que han definido a nuestra institución y a las que conforman nuestros antecedentes, desde el Colegio de la Compañía de Jesús fundado en 1623, hasta la transformación de Instituto Científico en Universidad Autónoma.

Por esta razón, celebrar y recordar a quienes conformaron esa generación visionaria de intelectuales, gobernantes y jóvenes estudiantes que hace 160 años pugnaron por la creación de una institución educativa de primer nivel, que fuera capaz de formar a la juventud potosina con los mejores estándares científicos y humanistas de la época, con el objetivo de crear una casa de estudios única, de vanguardia y capaz de trascender en el tiempo.

Hoy somos herederos de una inigualable tradición educativa, de una capacidad creativa y científica única y de gran relevancia en nuestra historia, de valores institucionales consolidados y de una calidad de excelencia en la formación profesional e integral de nuestros jóvenes que ha sido forjada en los más de 396 años de historia que nos definen.

Como universitarios, esta fecha significa mucho más que un festejo o el simple ejercicio de recordar la historia y los pasos que hemos dado a través del tiempo como institución educativa de carácter público.

Es innegable que hoy vivimos momentos de cambio y nuevos retos como país, entidad y sociedad.

Los retos son de enormes proporciones y la responsabilidad que como institución educativa de carácter público tenemos, cobra mayor relevancia, en tanto que la educación que brindamos a nuestros jóvenes resulta fundamental y se consolida como una pieza clave en el futuro de nuestra sociedad y nuestro país.

Estoy convencido de que vivimos un momento de suma trascendencia en la historia de nuestra casa de estudios, pues los grandes retos sociales, políticos y económicos, demandan de nosotros, como comunidad educativa, tomar las medidas adecuadas que posibiliten, no sólo continuidad, sino crecimiento y fortalecimiento de las tareas y los proyectos que lleva a cabo esta Casa de Estudios.

Nuestro presente, al igual que en el año de 1859, punto de partida del Instituto Científico y Literario, antecedente directo de nuestra Universidad, vislumbra escenarios complejos, de convulsión social, de dificultades en las economías del mundo, de necesidades y profundos cambios estructurales que requieren dar el máximo de nuestras capacidades en todas las áreas que nos competen.

Estoy seguro de que el conocimiento y reflexión de nuestra historia nos permite delimitar con veracidad las explicaciones que damos de nuestro presente y proyectar la construcción de un futuro mejor y con solidez para nuestra Universidad.

Los preceptos de Autonomía y Libertad han permitido que nuestra universidad transcurra, a lo largo de los años que conforman su historia, por un camino en el que se han tenido que sortear todo tipo de dificultades y retos, pero que a la vez nos ha hecho madurar, crecer y propiciar una educación de la mejor calidad para nuestros jóvenes.

De igual manera, ello ha permitido convertirnos en una institución en cuyo espíritu radica la búsqueda permanente de hacer las cosas bien, de dar el mejor esfuerzo para el engrandecimiento de nuestro estado potosino y país.

Ahora, ante la situación que vivimos, los valores que ejercemos, principalmente el de la Autonomía al ser el precepto más alto de la Universidad, deben guiar los pasos que damos en la construcción de nuestro futuro.

Esos valores y principios institucionales que representan la libertad de todos los miembros de la gran comunidad universitaria, siguen y deben seguir siendo los que dan lugar a la generación de los mejores egresados, pero también de las mejores ideas, mejores proyectos, propuestas y el mejor desempeño.

Al reflexionar en nuestra historia y tradición, es el mejor momento de voltear a ver nuestras fortalezas, nuestras capacidades y nuestras cualidades como personas y como comunidad universitaria.

Los retos del presente en nuestro país y en el contexto global, son un llamado urgente a la unidad, al compromiso y la entrega desinteresada con espíritu universitario; son una oportunidad para todos nosotros, todos quienes conformamos la comunidad de esta gran institución.

Es momento de darle a nuestra institución el máximo desempeño para mantenerla como la institución con capacidad de respuesta a las necesidades y los problemas que aquejan a nuestra sociedad y de este modo regresarle con creces lo mucho que nos da y nos ha dado para ser lo que hoy somos.

Ustedes, los representantes de la comunidad universitaria, son el motor que mueve a nuestra Casa de Estudios desde hace 96 años como Universidad Autónoma, desde hace 160 años de la fundación del Instituto Científico y Literario y desde hace más de 393 de tradición educativa de nivel superior.

La Universidad ha sido, es y seguirá siendo un baluarte de nuestro Estado, un referente de principios, valores, acción, intelecto y cultura en todos y cada uno de los alcances que tiene.

La Universidad somos todos, sus antepasados, quienes estamos trabajando por ella en el presente y quienes habrán de sumarse a ella en el futuro.

¡Enhorabuena por el aniversario 160 de la fundación del Instituto Científico y Literario de San Luis Potosí, antecedente directo de nuestra Universidad!

SIEMPRE AUTÓNOMA. POR MI PATRIA EDUCARÉ

Manuel Fermín Villar Rubio | Rector de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí

El 1º de agosto de 1859, el gobernador constitucional del Estado, Lic. Vicente Chico Sein decretó la creación del Instituto Científico y Literario de San Luis Potosí, institución pionera a nivel nacional que instauró un nuevo modelo educativo centrado en la ideología del progreso y la filosofía positivista, corrientes de vanguardia en las instituciones educativas europeas, principalmente de Francia, Alemania y Bélgica.

La historia cumple una función aleccionadora y funge como elemento de reflexión obligada para una mejor comprensión de nuestro presente y mejores posibilidades para delinear el futuro.

En este sentido, recordar y conmemorar los sucesos históricos que definen nuestra identidad y tradición como universidad, es un acto reflexivo que nos permite comprender las bases que sustentan nuestro accionar y sobre todo consolidar los rasgos que nos definen como universitario y que nos distinguen en el contexto regional, estatal, nacional y mundial.

La visión de vanguardia ha sido y es una de las principales cualidades que han definido a nuestra institución y a las que conforman nuestros antecedentes, desde el Colegio de la Compañía de Jesús fundado en 1623, hasta la transformación de Instituto Científico en Universidad Autónoma.

Por esta razón, celebrar y recordar a quienes conformaron esa generación visionaria de intelectuales, gobernantes y jóvenes estudiantes que hace 160 años pugnaron por la creación de una institución educativa de primer nivel, que fuera capaz de formar a la juventud potosina con los mejores estándares científicos y humanistas de la época, con el objetivo de crear una casa de estudios única, de vanguardia y capaz de trascender en el tiempo.

Hoy somos herederos de una inigualable tradición educativa, de una capacidad creativa y científica única y de gran relevancia en nuestra historia, de valores institucionales consolidados y de una calidad de excelencia en la formación profesional e integral de nuestros jóvenes que ha sido forjada en los más de 396 años de historia que nos definen.

Como universitarios, esta fecha significa mucho más que un festejo o el simple ejercicio de recordar la historia y los pasos que hemos dado a través del tiempo como institución educativa de carácter público.

Es innegable que hoy vivimos momentos de cambio y nuevos retos como país, entidad y sociedad.

Los retos son de enormes proporciones y la responsabilidad que como institución educativa de carácter público tenemos, cobra mayor relevancia, en tanto que la educación que brindamos a nuestros jóvenes resulta fundamental y se consolida como una pieza clave en el futuro de nuestra sociedad y nuestro país.

Estoy convencido de que vivimos un momento de suma trascendencia en la historia de nuestra casa de estudios, pues los grandes retos sociales, políticos y económicos, demandan de nosotros, como comunidad educativa, tomar las medidas adecuadas que posibiliten, no sólo continuidad, sino crecimiento y fortalecimiento de las tareas y los proyectos que lleva a cabo esta Casa de Estudios.

Nuestro presente, al igual que en el año de 1859, punto de partida del Instituto Científico y Literario, antecedente directo de nuestra Universidad, vislumbra escenarios complejos, de convulsión social, de dificultades en las economías del mundo, de necesidades y profundos cambios estructurales que requieren dar el máximo de nuestras capacidades en todas las áreas que nos competen.

Estoy seguro de que el conocimiento y reflexión de nuestra historia nos permite delimitar con veracidad las explicaciones que damos de nuestro presente y proyectar la construcción de un futuro mejor y con solidez para nuestra Universidad.

Los preceptos de Autonomía y Libertad han permitido que nuestra universidad transcurra, a lo largo de los años que conforman su historia, por un camino en el que se han tenido que sortear todo tipo de dificultades y retos, pero que a la vez nos ha hecho madurar, crecer y propiciar una educación de la mejor calidad para nuestros jóvenes.

De igual manera, ello ha permitido convertirnos en una institución en cuyo espíritu radica la búsqueda permanente de hacer las cosas bien, de dar el mejor esfuerzo para el engrandecimiento de nuestro estado potosino y país.

Ahora, ante la situación que vivimos, los valores que ejercemos, principalmente el de la Autonomía al ser el precepto más alto de la Universidad, deben guiar los pasos que damos en la construcción de nuestro futuro.

Esos valores y principios institucionales que representan la libertad de todos los miembros de la gran comunidad universitaria, siguen y deben seguir siendo los que dan lugar a la generación de los mejores egresados, pero también de las mejores ideas, mejores proyectos, propuestas y el mejor desempeño.

Al reflexionar en nuestra historia y tradición, es el mejor momento de voltear a ver nuestras fortalezas, nuestras capacidades y nuestras cualidades como personas y como comunidad universitaria.

Los retos del presente en nuestro país y en el contexto global, son un llamado urgente a la unidad, al compromiso y la entrega desinteresada con espíritu universitario; son una oportunidad para todos nosotros, todos quienes conformamos la comunidad de esta gran institución.

Es momento de darle a nuestra institución el máximo desempeño para mantenerla como la institución con capacidad de respuesta a las necesidades y los problemas que aquejan a nuestra sociedad y de este modo regresarle con creces lo mucho que nos da y nos ha dado para ser lo que hoy somos.

Ustedes, los representantes de la comunidad universitaria, son el motor que mueve a nuestra Casa de Estudios desde hace 96 años como Universidad Autónoma, desde hace 160 años de la fundación del Instituto Científico y Literario y desde hace más de 393 de tradición educativa de nivel superior.

La Universidad ha sido, es y seguirá siendo un baluarte de nuestro Estado, un referente de principios, valores, acción, intelecto y cultura en todos y cada uno de los alcances que tiene.

La Universidad somos todos, sus antepasados, quienes estamos trabajando por ella en el presente y quienes habrán de sumarse a ella en el futuro.

¡Enhorabuena por el aniversario 160 de la fundación del Instituto Científico y Literario de San Luis Potosí, antecedente directo de nuestra Universidad!

SIEMPRE AUTÓNOMA. POR MI PATRIA EDUCARÉ