/ domingo 21 de abril de 2019

Agenda Joven

De Semana Santa y Patrimonio Cultural


Esta Semana Santa del 2019, inició con la muy lamentable noticia del incendio en la Catedral de Notre Dame en París, sus imágenes y videos se viralizaron en cuestión de minutos al redor del mundo y en nuestro país se sintió como propio.


Ya sea por la influencia francesa heredada con gran predominio en el siglo XIX o por la gran presencia del catolicismo en México, es un hecho que logra crear conciencia sobre el atentado que en nuestros tiempos puede tener todo aquello sobre lo cual nos cimentamos como civilización.


Notre Dame monumento histórico, cultural y referente del catolicismo que por 856 años sobrevivió, inclusive a varios conflictos armados, incluyendo sobretodo las dos guerras mundiales; por supuesto que suena hasta paradójico que un descuido humano, haya logrado dañarlo.


Ante ello, nuestro patrimonio cultural y espiritual levantan una llamada de atención para que sea preservado. Por lo que resulta de la más alta prioridad el voltear nuestras miradas a lo propio, a lo local, que por años ha permanecido. Me refiero a la tradición que data del siglo XVI y hoy es motivo de orgullo para los potosinos “La Semana Santa” es una de las más reconocidas en todo México y de las más importantes en el mundo católico.


De entre las celebraciones que se realizan, sobresale la de la Procesión del Silencio, de inspiración sevillana, que desde el año 2013 fue declarada Patrimonio Cultural del Estado y que al día de hoy se encuentra en evaluación para determinar por la UNESCO la declaratoria de patrimonio cultural de la humanidad.


Las iniciativas de declaratorias culturales de la humanidad, tienen su origen en un hito de grandes magnitudes de destrucción, como lo fue la Segunda Guerra Mundial (1945), la cual puso de manifiesto la urgencia de proteger los elementos de nuestra civilización; por lo que la comunidad internacional adquirió conciencia de la importancia de preservar todo aquello que constituye una expresión o testimonio de la creación humana o de la evolución de la naturaleza.


Es así como desde el origen de las Naciones Unidas, nacieron las acciones para conservar el patrimonio cultural, a escalas nacionales y mundial, el cual está integrado por todos los elementos culturales que se generan en el transcurso de la historia de un lugar y que perduran hasta la actualidad.


Por tanto, es un orgullo que por ahora, al menos, en el ámbito local, la Procesión del Silencio de San Luis Potosí cuente con la declaratoria de Patrimonio Cultural. Es una celebración única, en el marco del imponente centro histórico, con un recorrido de 2.5 kilómetros, con la participación de 30 cofradías de la Iglesia católica y poco más de 1,800 personas participando; que previo al evento pasan días de ensayo, pero sobretodo de preparación espiritual para dar acompañamiento a la Virgen María en su dolor.


Sin embargo, hay que resaltar que así como se describe en los documentos fundacionales de la UNESCO, son los mismos hombres, la misma humanidad la que voluntariamente adquiere la responsabilidad de respetar y de hacer indivisible e indestructible las obras tanto materiales como espirituales del patrimonio.


Por lo que es nuestra tarea, como potosinos el preservar y rescatar los tesoros que tenemos, los materiales e inmateriales, que sigan siendo motivo de orgullo y sobretodo que puedan estar al alcance de las siguientes generaciones. Así como bien lo definió Ena Estupiñán de la Fundación Mundial para la Preservación del Patrimonio “Preservar el Patrimonio de la Humanidad es dar un murmullo de eternidad en el tiempo”.


Con ánimos renovados ¡Felices Pascuas! ¡A preservar lo nuestro!


De Semana Santa y Patrimonio Cultural


Esta Semana Santa del 2019, inició con la muy lamentable noticia del incendio en la Catedral de Notre Dame en París, sus imágenes y videos se viralizaron en cuestión de minutos al redor del mundo y en nuestro país se sintió como propio.


Ya sea por la influencia francesa heredada con gran predominio en el siglo XIX o por la gran presencia del catolicismo en México, es un hecho que logra crear conciencia sobre el atentado que en nuestros tiempos puede tener todo aquello sobre lo cual nos cimentamos como civilización.


Notre Dame monumento histórico, cultural y referente del catolicismo que por 856 años sobrevivió, inclusive a varios conflictos armados, incluyendo sobretodo las dos guerras mundiales; por supuesto que suena hasta paradójico que un descuido humano, haya logrado dañarlo.


Ante ello, nuestro patrimonio cultural y espiritual levantan una llamada de atención para que sea preservado. Por lo que resulta de la más alta prioridad el voltear nuestras miradas a lo propio, a lo local, que por años ha permanecido. Me refiero a la tradición que data del siglo XVI y hoy es motivo de orgullo para los potosinos “La Semana Santa” es una de las más reconocidas en todo México y de las más importantes en el mundo católico.


De entre las celebraciones que se realizan, sobresale la de la Procesión del Silencio, de inspiración sevillana, que desde el año 2013 fue declarada Patrimonio Cultural del Estado y que al día de hoy se encuentra en evaluación para determinar por la UNESCO la declaratoria de patrimonio cultural de la humanidad.


Las iniciativas de declaratorias culturales de la humanidad, tienen su origen en un hito de grandes magnitudes de destrucción, como lo fue la Segunda Guerra Mundial (1945), la cual puso de manifiesto la urgencia de proteger los elementos de nuestra civilización; por lo que la comunidad internacional adquirió conciencia de la importancia de preservar todo aquello que constituye una expresión o testimonio de la creación humana o de la evolución de la naturaleza.


Es así como desde el origen de las Naciones Unidas, nacieron las acciones para conservar el patrimonio cultural, a escalas nacionales y mundial, el cual está integrado por todos los elementos culturales que se generan en el transcurso de la historia de un lugar y que perduran hasta la actualidad.


Por tanto, es un orgullo que por ahora, al menos, en el ámbito local, la Procesión del Silencio de San Luis Potosí cuente con la declaratoria de Patrimonio Cultural. Es una celebración única, en el marco del imponente centro histórico, con un recorrido de 2.5 kilómetros, con la participación de 30 cofradías de la Iglesia católica y poco más de 1,800 personas participando; que previo al evento pasan días de ensayo, pero sobretodo de preparación espiritual para dar acompañamiento a la Virgen María en su dolor.


Sin embargo, hay que resaltar que así como se describe en los documentos fundacionales de la UNESCO, son los mismos hombres, la misma humanidad la que voluntariamente adquiere la responsabilidad de respetar y de hacer indivisible e indestructible las obras tanto materiales como espirituales del patrimonio.


Por lo que es nuestra tarea, como potosinos el preservar y rescatar los tesoros que tenemos, los materiales e inmateriales, que sigan siendo motivo de orgullo y sobretodo que puedan estar al alcance de las siguientes generaciones. Así como bien lo definió Ena Estupiñán de la Fundación Mundial para la Preservación del Patrimonio “Preservar el Patrimonio de la Humanidad es dar un murmullo de eternidad en el tiempo”.


Con ánimos renovados ¡Felices Pascuas! ¡A preservar lo nuestro!